El
título de este
de
hoy es, "Un árbol y un día". Y creo que a medida que
estudiemos se van a dar cuenta por qué le he puesto ese título a un
tema tan importante como el que vamos a estudiar el día de hoy.
Cuando
examinamos el relato de la creación, hay un hecho que salta de las
páginas y es que Adán y Eva no vieron a Dios crear absolutamente
nada. Cuando Dios creó todo lo que está en este mundo, Adán y Eva
no estaban.
Y
es mas, cuando Dios creó a Eva, durmió a Adán para que Adán no
viera la creación de Eva. Es decir, Adán y Eva no tenían ninguna
prueba absoluta de que Dios era el Creador. Porque no lo habían
visto. Es decir, no tenían pruebas científicas, ni tenían pruebas
empíricas de que Dios era el Creador. Tenían que creer que Dios era
el Creador, sencillamente porque él les dijo que era el Creador.
Ahora,
para probar la fe de ellos, en él como Creador, Dios colocó en el
huerto una prueba. Es decir, como criaturas, ellos tenían que
reconocer a Dios como Creador y tenían que pasar la prueba y esa
prueba fue un árbol que colocó Dios en el huerto. El propósito de
ese árbol era probar la confianza de Adán y Eva en Dios como su
Creador. Es decir, si ellos comían, iban a estar indicando que ellos
no creían que Dios era su Creador. Si ellos se abstenían de comer,
entonces iban a demostrar que ellos aceptaban a Dios como su Creador.
Quiero
que notemos lo que dice el libro de Génesis sobre ese árbol. Vamos
a Génesis, el capítulo 2 y el versículo 16. Y quiero que noten que
aquí tenemos en Génesis 2:16, un mandato positivo, primero, con
respecto al árbol. Vamos a leer el versículo 15 para el contexto.
Dice: "Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el
huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase". Versículo
16: "Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol
del huerto podrás comer".
Fíjense
que Dios primero da un mandato positivo. Dice: "Todos los
árboles del huerto son para tu uso diario, son para tu uso común,
para tu uso personal". Pero luego quiero que noten que Dios dio
un mandato negativo. En el versículo 17 dice: "Mas del árbol
de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de
él comieres, ciertamente morirás". Es decir, Dios le dijo a
Adán y Eva, "todos los árboles del huerto son para su uso
diario, pero hay un árbol que me he reservado para mí".
Podríamos
decir que todos los árboles del huerto eran comunes. Pero Dios
apartó un árbol, especial para él, que el hombre no debía usar
para sí mismo. Ahora, notemos a donde se encontraba ese árbol.
Vayan conmigo a Génesis, el capítulo 3, y vamos a leer los
versículos 2 y 3. Viene la serpiente a la mujer, y quiero que noten
lo que dicen los versículos 2 y 3. "Y la mujer respondió a la
serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero
del fruto del árbol", ahora escuchen bien, "que está en
medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis,
para que no muráis".
¿A
dónde se encontraba el árbol que probaba la fe de Adán y Eva como
su Creador? Quedaba, según la Biblia, en medio del huerto. Ahora, yo
quiero preguntar, ¿quién fue el que escogió el árbol del cual
Adán y Eva no podían comer? Será que Dios le dijo a Adán y Eva:
"Miren, ¿ustedes ven todos esos árboles en el huerto? Pues yo
quiero que ustedes me dediquen uno. Escojan ustedes cuál árbol me
van a dedicar y de cuál árbol no van a comer". ¿Así fue?
¡Claro que no fue! ¿Quién escogió el árbol del cual no debían
comer? Dios lo escogió. Dios dijo: "Este árbol aquí lo escogí
yo. Me lo he reservado para mí, no coman de él. Todos los demás
sí. Son para el uso común de ustedes. Pero este árbol, no".
Es decir, Dios fue el que escogió el árbol, lo especificó, y lo
apartó.
¿Y
creen ustedes que Dios estaba hablando en serio? ¡Claro que estaba
hablando en serio! O es que ustedes creen que cuando Adán y Eva
comieron del árbol le podían decir a Dios, "Ah no, pero Señor,
es que nosotros decidimos en vez de dedicarte este, decidimos
dedicarte aquel". ¿Podían decir eso? ¡No! Cuando Dios dijo,
este, ¿él quería decir qué? El quería decir, este, exactamente.
Ahora, otro dato que quiero que noten es que según el relato de
Génesis, no se nota ninguna diferencia entre este árbol y los otros
árboles del huerto.
Noten
lo que dice otra vez Génesis, el capítulo 2 y el versículo 15. No
se da ninguna impresión de que este árbol sea diferente que todos
los demás árboles del huerto. Es decir, lo único que distingue a
este árbol de todos los demás árboles, es que Dios lo apartó. No
es su apariencia externa. No es que este árbol es mas grande. No es
que este árbol tiene una aureola de luz que lo rodea. No es que este
árbol tiene un fruto mas bonito o un fruto diferente. Es decir, el
árbol se parece a todos los demás árboles. Lo único que lo
distingue es que ese árbol Dios lo apartó, especificó que ese era
reservado para él, y que el hombre no debía comerlo. Noten Génesis
2 nuevamente, y el versículo 15. Dice: "Tomó, pues, Jehová
Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara
y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo
árbol del huerto podrás comer mas del árbol de la ciencia del bien
y del mal no comerás; porque el día que de él comieres,
ciertamente morirás". Ninguna evidencia de que este árbol era
distinto a cualquier otro árbol. Es decir, este árbol lo escogió
Dios arbitrariamente, sin razón alguna, no porque era diferente a
los demás árboles, sino sencillamente porque Dios quería probar la
fe del hombre para ver si él iba a respetar el árbol de Dios.
Ahora
yo quiero preguntar, ¿cuántos de los árboles del huerto
pertenecían a Dios? Todos, ¿verdad que sí? Noten lo que dice el
Salmo 24 y el versículo 1. Todo lo que Dios hizo en la creación era
de él. Dice allí: "De Jehová es la tierra y su plenitud; El
mundo, y los que en él habitan". ¿A quién le pertenece la
tierra? A Dios. Entonces yo pregunto: ¿A quién le pertenecían
todos los árboles del huerto? Le pertenecían a Dios. Pero yo quiero
preguntarles, ¿Había un árbol en el huerto que pertenecía en
forma especial a Dios? ¡Sí! Aunque todos los árboles del huerto
eran de Dios, había un árbol que pertenecía a Dios ¿en sentido
qué? Especial. Porque estaba apartado para Dios. Y el hombre no lo
podía usar para sí mismo. Ahora, otro punto importante, es que si
el hombre comía del árbol iba a estar negando a Dios como su
Creador. Iba a negar de que Dios es Dios.
Noten
lo que dice Génesis, el capítulo 3 y los versículos 4 y 5. Dice:
"Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis".
¿Dios les ha dicho a ustedes que van a morir si comen del árbol?
¡No! No van a morir. E inmediatamente Eva se pregunta y dice:
"Bueno, si no nos vamos a morir al comer del árbol, ¿por qué
nos dijo Dios que sí nos íbamos a morir? Y el diablo le tiene la
repuesta, versículo 5: "sino que sabe Dios que el día que
comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios,
sabiendo el bien y el mal". Yo pregunto, si Adán y Eva iban a
ser Dios, entonces yo les pregunto, ¿habia una distinción entonces
entre ellos y Dios? Claro que no. Porque si ellos iban a ser Dios,
como Dios, entonces ya Dios no es Supremo. Ya Dios no es el Creador.
¿Y ellos son qué? Y ellos son criaturas.
Es
decir, que cuando el diablo le dijo a Eva, tú vas a ser Dios, en
realidad el diablo le estaba diciendo, "tú no tienes que
respetar a Dios como tu Creador, porque tú puedes ser igualito que
él" y está insinuando en que Dios en cierta ocasión comió
del árbol, y cuando comió del árbol se hizo Dios. Y desde ese
momento le dijo a la gente, "no comas porque te vas a morir,
pero en realidad lo que Dios no quería era que el hombre llegase a
ser Dios como él". Es decir, lo que el diablo quería era
borrar la distinción entre la criatura
y su Creador. Quería que el hombre negara a su Creador. Ahora,
obviamente la Biblia dice que Adán y Eva comieron del árbol de la
ciencia del bien y del mal. Y según dimos en un tema anterior, en
Génesis el capítulo 3 y el versículo 13, nos dice que Eva se quejó
ante Dios, diciéndole que la serpiente la engañó.
Ahora,
es muy importante repasar dos puntos claves en cuanto al engaño. En
primer lugar, para que algo engañe a una persona, tiene que
parecerse mucho a la verdad. Es decir, las mentiras que mas engañan
son aquellas que se parecen mas a la verdad. En segundo lugar, el
engaño o la falsificación viene después de lo genuino o de lo
verdadero. ¿Me están entendiendo lo que estoy diciendo? Es decir,
lo falso viene después de lo genuino en tiempo, y para que la gente
pueda aceptar lo falso como si fuera verdadero, lo falso tiene que
parecerse lo mas posible a lo verdadero. Ahora, yo pregunto, ¿cuál
era la pena que se iba a ejecutar si Adán y Eva comían del árbol?
¿Qué es lo que había dicho Dios? En el versículo 17, Dios dijo:
"El día que de él comiereis, ciertamente morirás". Así
que hemos estudiado en cuanto al árbol de la ciencia del bien y del
mal. Vamos a repasar lo que hemos estudiado, porque es muy
importante.
En
primer lugar: Adán y Eva no tenían ninguna prueba de que Dios era
su Creador. Tenían
que aceptarlo por fe.
En
segundo lugar: Dios dio un mandato positivo: "Pueden comer de
todos los árboles del huerto, son para su uso personal".
Encontramos
también
que Dios dijo, "pero hay un árbol del cual no pueden comer.
Ese me lo he reservado para mí, ese ustedes no pueden participar de
él".
Encontramos
que ese árbol estaba en medio del huerto. Hemos visto que ese árbol
lo escogió Dios, no era diferente que todos los demás árboles.
Era muy parecido a los demás. Lo que lo distinguía era que Dios lo
había apartado para sí de todos los demás árboles.
Hemos
notado que Dios era el dueño de todos los árboles del huerto, pero
era dueño de ese árbol en forma especial.
Y
hemos visto que comer del árbol iba a significar que el hombre
quería hacerse Dios y ya no se quería reconocer como criatura, ni
quería reconocer que Dios era su Creador.
Y
nos hemos dado cuenta de que para que algo engañe, tiene que
parecerse lo mas posible a la verdad y que la falsificación siempre
viene después de lo genuino.
Y
finalmente, nos dimos cuenta que la pena o la penalidad por comer
del árbol iba a ser la muerte.
Ahora,
yo quiero preguntarles, vamos a hablar ahora del día. Ya hemos
hablado del árbol, ahora vamos a hablar del día. Yo creo
algunos
de ustedes estaban
sonriendo a medida que yo iba trazando esta primera parte del tema,
porque yo creo que muchos de ustedes saben para donde vamos nosotros
con esto, porque el día se parece al árbol en muchos sentidos.
Ahora
yo quiero preguntarles, ¿tenemos nosotros hoy alguna prueba de que
Dios sea e Creador? ¿Tenemos mas pruebas hoy que lo que tenían Adán
y Eva? ¿Sí? ¿Cuáles son? ¿Ustedes vieron la Creación? ¿Ustedes
vieron a Dios crear algo? ¡No! Entonces, ¿tenemos alguna prueba
nosotros hoy de que Dios fue el Creador, mas que Adán y Eva? ¡Claro
que no! Porque nosotros no estuvimos allí. ¿Verdad que sí?
Por
eso dice, si van conmigo a Hebreos capítulo 11, se nos dice algo muy
interesante en cuanto a la creación. Dice allí en Hebreos 11 y el
versículo 3: "Por la fe entendemos haber sido constituido el
universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho
de lo que no se veía". Pregunta, ¿todavía hoy tenemos que
confiar por fe que Dios fue el Creador? ¿Tenemos que aceptarlo
porque él lo dice en su Palabra? Ahí dice en Hebreos 11 y el
versículo 3, que sí. Ahora yo pregunto, ¿será que Dios hoy, nos
ha dado una prueba para ver si nosotros, en realidad lo aceptamos a
él como Creador? Vayan conmigo al libro de Exodo, el capítulo 20,
al cuarto mandamiento de la Santa Ley de Dios.
Y
vamos a empezar leyendo en el versículo 8. Dice: "Acuérdate
del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás
toda tu obra". Pregunta, ¿es ese un mandato positivo? Claro que
sí. Dios dice: "los seis días de la semana son para ti, para
tu uso personal, para que tú trabajes. Seis días son para tu uso
común. Pero yo pregunto, ¿luego hay un mandato negativo? ¡Claro
que sí! Noten lo que sigue diciendo allí en Exodo, el capítulo 20,
y vamos a leer de nuevo el versículo 9. Dice: "Seis días
trabajarás y harás toda tu obra, mas el séptimo día es reposo
para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo,
ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu
extranjero que está dentro de tus puertas". Pregunto, ¿es ese
un mandato negativo? Claro que sí. Dios dice: "Seis días son
para tu uso personal, pero el séptimo día yo lo he apartado.
No
es para usarlo tú, sino lo he reservado para mí". Ahora yo
pregunto, ¿a dónde se encuentra el cuarto mandamiento en la Santa
ley de Dios? Se encuentra en todo el centro de la Santa Ley. Es mas,
en hebreo, si ustedes cuentan el número de palabras antes del cuarto
mandamiento y el número de palabras después del cuarto mandamiento,
hay la misma cantidad de palabras antes y después en hebreo. Es
decir, el mandamiento del Sábado se encuentra en todo el centro de
la Santa Ley de Dios. ¿A dónde se encontraba el árbol? En el medio
del huerto. ¿Dios dio un mandato positivo en cuanto al árbol? ¡Sí!
"Todos los árboles del huerto son para tu consumo personal.
Pero me he reservado este". Dios dice: "todos los días,
los seis días, son para tu uso personal, pero me he reservado este".
Y en realidad como el árbol estaba en el centro, de la misma manera
el día Sábado, está en el centro mismo de la Santa Ley de Dios.
No
solamente, mis queridos amigos, tenemos nosotros que mirar el sábado,
como en el centro de la Ley, contando el número de palabras antes y
después, sino que la Ley de Dios fue dada en una época cuando se
escribían leyes de esa forma, como se haya en Exodo el capítulo 20.
Se han hecho excavaciones arqueológicas allá en Canaán, a donde el
pueblo de Israel finalmente se estableció, y en esas excavaciones
arequeológicas han descubierto tabletas, es decir, tablas de barro
inscritas con un idioma que se llama cuneiforme, es un idioma muerto,
que ya nadie lo habla, ya nadie lo escribe, pero los eruditos son
capaces de descifrar lo que dice. Ahora, lo interesantes es que esas
tabletas que se han descubierto, y son muchas, en realidad son un
pacto entre un rey grande y un rey menor. Es decir, lo que está
escrito en la tabla es un convenio o un pacto entre un gran rey y un
rey que es súbdito.
Lo
interesante es que estas tabletas están escritas por ambos lados. Es
decir, lo mismo que está escrito al frente, está escrito también
atrás de nuevo. Es decir, se escribe el mismo material dos veces
sobre la tableta. Y es interesante notar, si ustedes miran la parte
de adelante de la tableta, van a descubrir que en todo el centro,
cuando la tabla estaba suave, porque la tabla es de barro, cuando
estaba suave, el que estaba haciendo el pacto, tomó su sello, el
sello de su reino, y lo imprimió en el barro mojado, y el sello
quedó en todo el centro de la tableta. Y claro, cuando se ponía el
sello en el centro de la tableta, la escritura adonde estaba el sello
se borraba porque el sello estaba donde estaba la escritura.
Por
esa razón es que ellos volvían a escribir el mismo documento en la
parte de atrás, porque así el sello le daba autenticidad y por
detrás entonces podían leer todo el pacto completo. Es decir el
sello se encontraba en el centro mismo de la tabla.
Ahora,
yo pregunto, ¿la ley de Dios es un pacto? Claro que sí. Vayan
conmigo a Deuteronomio, el capítulo 4 y el versículo 13. Dice aquí:
"Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra";
¿y qué era el pacto? "los diez mandamientos, y los escribió
en dos tablas de piedra". Pregunta, ¿los diez mandamientos son
el pacto de Dios? Claro que sí. ¿A dónde fueron escritos los diez
mandamientos, en qué? En tablas.
¿Ven
que es muy parecido a la práctica antigua cuando se hacían pactos o
leyes? Ahora, un hecho que mucha gente desconoce es, que los diez
mandamientos estaban escritos en ambos lados de las tablas. Noten lo
que dice Exodo 32, y los versículos 15 y 16. Dice allí: "Y
volvió Moisés y descendió del monte, trayendo en su mano las dos
tablas del testimonio, las tablas escritas por ambos lados; de uno y
otro lado estaban escritas. Y las tablas eran obra de Dios, y la
escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas". ¿A
dónde estaban escritas las tablas? Por ambos lados. ¿Las tablas
eran un pacto, sí o no? Claro que sí. ¿Están empezando a captar
algo muy interesante aquí?
Yo
pregunto, ¿a dónde esperarían ustedes entonces conseguir el sello
en el pacto de Dios? ¿Tiene que estar dónde? En el centro de la
tabla? ¿Y que está en el centro de la ley de Dios? El santo Sábado.
Es decir, Dios usa la arqueología para iluminar las páginas de la
Biblia. Porque de la arqueología se descubrieron estas tablas, las
tablas son un pacto, están escritas por ambos lados, en el centro
está el sello.
Y
saben que el sello siempre tiene tres cosas. Los sellos de esas
tablas siempre tienen tres cosas. Número uno, el nombre del rey que
está haciendo el pacto. Número dos, la función que desempeña, es
decir, su función es rey. Y en tercer lugar, el territorio sobre el
cual gobierna ese rey. Y cuando vamos al cuarto mandamiento de la ley
de Dios, encontramos que es el único mandamiento de la ley de Dios
que tiene esas tres cosas. En primer lugar, se da el nombre, Jehová.
En segundo lugar, se da el territorio sobre el cual gobierna, dice:
"cielo, tierra, mar y todo lo que en ellos hay". Y luego se
da su oficio. El oficio de él es Creador del cielo y la tierra.
Es
decir, que la arqueología nos demuestra que debemos buscar el sello
de Dios en el centro mismo de la Santa Ley de Dios. Ahora yo
pregunto, ¿quién escogió el día de reposo y se lo dio al hombre?
Dios le dijo al hombre, "mira, aquí tienes siete días. Yo
quiero que tú me dediques uno, escoge tú cual". ¿Así fue que
hizo Dios? ¡No! ¿Especificó Dios cuál día? ¿Cuál día dijo que
era? El séptimo. No dice, "mira, ahí hay siete, escoge ahí y
dedícame uno, uno de los siete".¡No! ¡El escogió el día! El
dijo, "éste, el séptimo". Al igual que escogió el árbol
y dijo "éste árbol".
Yo
pregunto, ¿creen ustedes que Dios habla en serio cuando dice que es
el séptimo día, Sábado, o que le podemos ofrecer a Dios cualquier
día? Bueno, si le podemos ofrecer a Dios cualquier día, entonces
Adán y Eva podrían haberle ofrecido a Dios cualquier árbol. Ahora,
noten lo que dice Génesis 2. Lo leímos ya, pero leámoslo de nuevo.
Génesis el capítulo 2, y los versículos 2 y 3. Yo creo que no hay
forma mas clara de expresar esto. Dice en el versículo 2: "Y
acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día
séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día sép...",
me da la impresión de que Dios quiere que sepamos que es el séptimo,
¿no? Dice: "y bendijo Dios el día séptimo, y lo santificó,
porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la
creación".
Lo
santificó, significa que lo separó como un día especial, como un
día santo. Ahora yo pregunto, ¿el Sábado se parece externamente a
todos los días? ¿Cuántas horas tiene el Sábado? ¿Y el lunes? ¿Y
el miércoles? ¿Todos tienen 24 horas? Claro que sí. Entonces el
Sábado es igualito que los demás días, porque tiene la misma
cantidad de hora. Yo pregunto, ¿el sol se levanta y se oculta el
Sábado como todos los demás días? Claro que sí. ¿Usted se
levanta y se acuesta el Sábado como todos los demás días? Claro
que sí. ¿El Sábado es un número en el calendario como cualquier
otro día? Claro que sí. Entonces, el Sábado es igualito a todos
los demás días. Sí y no. Yo pregunto, ¿el árbol de la ciencia
del bien y el mal se parecía a todos los demás árboles? Claro que
sí. ¿Qué era lo que lo distinguía? El hecho de que Dios lo
apartó.
El
sábado se parece a todos los demás días. ¿Pero que lo distingue
de los demás días? El hecho de que Dios lo apartó como un día
especial, como un día santo. Ahora yo pregunto, ¿cuántos de los
días son de Dios? Porque ustedes escuchan gente que dice: "ah,
yo creo que todos los días son de Dios". ¿Han oído eso alguna
vez? ¿Y saben lo que yo les digo? Si
claro por supuesto.
Todos los días son de Dios pero no todos los días son santos. Todos
los días son de Dios porque Dios los hizo. Pero hay un día que Dios
apartó como especialmente santo.
Al
igual que todos los árboles del huerto se parecían y Dios apartó
uno de los demás, de la misma manera todos los días se parecen,
pero Dios apartó un día como especial. Es decir, todos los días
son de Dios, pero solo uno de los días es santo. Al igual que todo
el dinero es de Dios, pero el diezmo es santo. Todos los edificios
son de Dios, pero el templo es santo. Es decir, todo lo que hay en el
mundo fue hecho por Dios, pertenece a Dios, pero hay un día especial
que él apartó. Ahora yo pregunto, cuál es el propósito del
sábado? ¿Recuerdan que el propósito del árbol era probar la fe de
Adán y Eva para ver si ellos aceptaban a Dios como el único
verdadero Dios y el Creador de ellos?
Ahora,
vamos a ver si el sábado es lo mismo? Vayan conmigo otra vez a Exodo
el capítulo 20, y vamos a leer el versículo 11, la conclusión del
mandamiento del Sábado. Da la razón por la cual Dios nos mandó a
guardar el Sábado. Dice allí en el versículo 11: "Porque en
seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las
cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto,
Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó". ¿Por qué
es que Dios mandó que guardaramos el Sábado? Para que nosotros
reconozcamos que él es el Creador del cielo, la tierra, y todas las
cosas que en ellos hay y que nosotros somos sus criaturas. Que él es
el gran Dios y que nosotros somos su creación.
Yo
pregunto, ¿era ese el mismo propósito del árbol de la ciencia del
bien y del mal al comienzo? Claro que sí. Es decir, al comienzo Dios
probó a Adán y Eva con un árbol. Luego después en la historia
Dios prueba a la raza humana ¿con un qué? Con un día, para ver si
le obedecemos. Yo pregunto, cuando Adán y Eva comieron del árbol y
desobedecieron a Dios, ¿tomó bien en serio Dios ese asunto? Claro
que sí. Cuando nosotros tomamos el Sábado y lo usamos para
nosotros, en vez de guardarlo para Dios, ¿ustedes creen que Dios
acepta eso y que no le importa? Claro que le importa. Le importa
tanto que usemos el día que pertenece a él, como usar el árbol que
al principio le pertenecía a él también. El sábado distingue al
Creador de sus criaturas. El Sábado identifica al verdadero Dios
Creador.
Noten
lo que dice en el libro de Ezequiel, el capítulo 20 y el versículo
20. Aquí se nos está hablando en cuanto al día de reposo y su
propósito. Dice aquí: "Y santificad mis días de reposo, y
sean por señal entre mí y vosotros", ¿y con qué fin? "para
que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios". ¿Cuál es el
propósito del Sábado? Distinguir entre el Creador y sus criaturas y
para que sus criaturas lo reconozcan a él, como el único Dios
verdadero.
Ustedes
recuerdan que estudiamos un tema anteriormente donde hablamos de la
rebelión de Lucifer. Ustedes recuerdan que leímos de Isaías, el
capítulo 14 y el versículo 14. Tal vez sería una buena idea
regresar allá otra vez y leer en cuanto a la rebelión de Lucifer.
Ustedes recuerdan que Lucifer dijo: "Ascenderé a las alturas;
junto al solio de Dios, ensalsaré mi trono, y yo me sentaré a los
lados del norte; y seré semejante al Altísimo". Es decir,
Satanás no quería ser criatura, él quería ocupar el lugar de
Dios. Entonces yo pregunto, ¿ustedes creen que el diablo va a querer
que observemos el Sábado? ¡No! Porque, ¿qué hace el Sábado? ¡El
Sábado identifica al verdadero Dios Creador! Por lo tanto, ¿ustedes
creen que el diablo va a odiar el Sábado? Claro que sí. Porque
cuando la gente guarda el Sábado, ¿le están rindiendo homenaje a
quién? Al único Dios verdadero, a su Dios Creador.
Y
el diablo quiere que la gente le rinda homenaje ¿a quién? A él.
Así que él no puede quedarse con el Sábado. El tiene que buscar
una forma de cambiar el día, de hacer un día de reposo él, para
que al guardar la gente el día de reposo de él, le esté rindiendo
homenaje a él en vez de rendirle homenaje a Dios. ¿Están
entendiendo lo que estoy diciendo? Ahora, ustedes recuerdan que
hablamos de la falsificación, ¿verdad? Yo pregunto, el Sábado es
un día de reposo? Sí. Y los cristianos dicen que el Domingo
también? Claro que sí.
Ahora
yo pregunto, ¿cuál de los dos es el genuino día de reposo? Porque
ustedes ven y se ven igualitos. ¿Verdad que sí? La pregunta clave
es, cuál de los dos es el verdadero. La respuesta es muy sencilla.
Usted tiene que buscar cuál fue el genuino primero, porque la
falsificación viene después. Yo pregunto, ¿cuál fue el día
genuino de reposo que hizo Dios al mismo comienzo? El Sábado. Lo
dice en Génesis. ¿Creen ustedes que mas adelante en la historia
Satanás va a implementar una falsificación? Claro
que sí. Y yo pregunto, ¿cuál debe ser el día falso de reposo?
Tiene que ser el Domingo. Porque el Domingo viene después, y se
parece mucho al Sábado. La gente va a la iglesia. La gente profesa
rendirle homenaje a Dios. Es un día de 24 horas. Parecen honrar a
Cristo porque resucitó ese día. Es decir, parece ser un día muy
religioso.
Pero
en realidad, el día genuino lo hizo Dios primero, desde el mismo
momento de la creación. Ahora, hemos estudiado un tema donde
hablamos sobre la Iglesia Romana que pensó que podía cambiar el día
de reposo de Dios. ¿Saben ustedes porque la Iglesia Romana pensó
que era necesario cambiar el día de reposo? Escuchen bien, les voy a
mencionar algo muy importante ahora. Leímos varias citas adonde los
Obispos de Roma, los Papas, a través de los 1260 años, profesaban
que ellos eran Dios en la tierra. ¿Ustedes recuerdan esas citas que
leímos, que decían, los Obispos de Roma, los Papas decían que,
"nosotros ocupamos el lugar de Dios en la tierra"?
Ahora,
yo pregunto, ¿podrían ellos conservar el sábado y la gente creer
lo que estaban diciendo? No. Porque al guardar el sábado, ¿el
Sábado decía qué? El Sábado dice que hay un solo Dios verdadero,
el que está en el cielo. Entonces, ¿cómo es que tú dices que eres
Dios y que hay que guardar el Sábado? Porque el Sábado me demuestra
que hay uno solo verdadero, que es él y que está allá. Así que
para hacerse pasar por Dios, no podía quedarse con la señal del
Dios verdadero. Tenía que implementar una falsificación, una falsa
señal, que fuera señal de él en vez de apuntar al Creador, al Dios
verdadero.
Y
por lo tanto dice en Daniel 7:25, que el cuerno pequeño pensó que
podía cambiar ¿inclusive qué cosa?, podía cambiar la Santa Ley de
Dios. Mis queridos amigos, este no es un asunto de vías. Tenemos que
entender eso. Algunos dicen: "Ay, ¿usted cree que el Sábado es
mejor que el Domingo? Y yo les digo sí, pero no porque un día sea
superior a otro en sí mismo, sino porque Dios apartó el Sábado
como día de reposo y no apartó el Domingo como un día santo. En
ninguna parte de la Biblia va usted a encontrar eso. Es decir, cuando
yo guardo el Sábado, yo estoy reconociendo la autoridad del que hizo
el Sábado.
Cuando
yo estoy guardando el Domingo yo estoy aceptando la autoridad del que
hizo el Domingo como día de reposo. Y escuchen bien. La observancia
del Domingo, y muchos posiblemente hacen esto ignorantemente, la
observancia del Domingo, es idolatría. Y usted dice: "Pastor,
¿cómo dice usted eso? ¿Entonces hay mucha gente que está
practicando idolatría sin saberlo? La respuesta es que sí. Por eso
Dios los manda a salir de Babilonia.
Déjenme
explicar lo que quiero decir. Yo les pregunto, ¿quién hizo el sol?
Dios, ¿verdad que sí? ¿Lo hizo con fines religiosos, para la
adoración? No. Es un objeto secular para dar luz, ¿sí o no? No
tiene propósitos religiosos. ¿Qué pasa si usted convierte el sol
en algo para ser adorado? ¿Cómo llamamos eso? Idolatría. Ahora, yo
pregunto, ¿quién hizo el primer día de la semana? Dios. ¿Lo hizo
para la adoración? ¿Lo hizo para fines religiosos? No. Entonces,
¿qué pasa si usted lo convierte en un día santo, con fines
religiosos? Eso es idolatría. No importa que usted use un objeto, el
sol, que Dios no creó para fines religiosos, o un día que Dios no
creó para fines religiosos, no interesa que sea un día o que sea un
objeto, igual, cualquier cosa que el hombre pone con fines religiosos
para la adoración, que Dios no creó para la adoración, ¿es qué
cosa? Es idolatría. Y yo quiero leerles una cita muy interesante
aquí, que demuestra como la Iglesia Católica ve este asunto de la
observancia del día de reposo.
Esta
cita viene del que fue presidente de la Universidad Redentorista de
América, por muchos años, y fíjense
lo que dice. "Fue la santa Iglesia Católica la que cambió el
reposo del séptimo día sábado, al domingo, primer día de la
semana". Leo de nuevo: "Fue la santa Iglesia Católica la
que cambió el reposo del séptimo día Sábado, al Domingo, primer
día de la semana. Y no solo ha mandado a todos a que guarden el
domingo, sino que ha mandado a todos bajo pena de anatema, que
trabajen el séptimo día. Los Protestantes profesan reverenciar
grandemente la Biblia, y no obstante, por el acto solemne de guardar
el Domingo, están reconociendo el poder de la Iglesia Católica".
Porque la Iglesia Católica fue la que creó el día. Sigue diciendo:
"La Biblia dice, acuérdate del día sábado para santificarlo,
pero la Iglesia Católica dice, no, santifica el primer día de la
semana. Y he aquí que todo el mundo civilizado" y ahora
escuchen eso, "todo el mundo civilizado se inclina en humilde
obediencia al mandato de la santa Iglesia Católica".
Esa
expresión está interesante: "se inclina en humilde obediencia
al mandato de la santa Iglesia Católica". Es decir, que cuando
nosotros guardamos el día, que fue creado por la iglesia Romana como
día santo, le estamos rindiendo homenaje al que creó ese día. Es
asunto de autoridad. El día demuestra qué autoridad aceptamos.
Cuando yo guardo el Sábado, el día que Dios apartó y santificó,
entonces yo estoy aceptando la autoridad o el individuo que hizo ese
día como día de reposo. No es cuestión de días, sino qué
autoridad acepto.
Y
la Biblia enseña que en los últimos días, mis queridos amigos,
esta va a ser la gran prueba de la raza humana. La gran prueba va a
ser si guardamos el Sábado, día santo de Dios, aceptando su
autoridad, o si guardamos el Domingo, día creado por la bestia o por
el cuerno pequeño, aceptando su autoridad. Es decir, al final de la
historia, Dios nos va a probar con un día como originalmente probó
a Adán y Eva, con un árbol. Ahora, permitanme contarles algún par
de historias bíblicas sobre este punto.
¿Les
está quedando claro este punto? Ahora, escuchen bien. Hay una
historia en la Biblia muy interesante. La historia de Nadad y Abiú.
Eran hijos de Aarón, el sumo sacerdote. Dios había llovido fuego
del cielo sobre el altar, ustedes pueden leer esta historia en
Levítico el capítulo 10. Solamente se las voy a contar. Dios había
llovido sobre el altar fuego. Y le había dicho a los sacerdotes,
cuando ustedes entren al santuario o al templo con fuego, asegúrense
de que lleven fuego de ese altar, porque ese es fuego santo. Ese lo
lloví yo del cielo. Ese es fuego santo. No me lleven otro fuego. No
me lleven el fuego con que cocinan. No me lleven cualquier otro
fuego. No me prendan un fósforo, aunque probablemente no habían
fósforos en ese tiempo. No vayan con una vela. Porque el fuego que
yo di es fuego santo. Preséntenme fuego santo.
Pero
la Biblia dice que Nadab y Abiú, los hijos de Aarón, bebieron mucho
vino. Se encuentra ahí en Levítico 10. Y por lo tanto dice ahí que
no pudieron distinguir entre lo santo y lo común. Y por lo tanto
dice que fueron y buscaron fuego extraño. Eso significa que buscaron
fuego común y corriente. El fuego de todos los días. Es decir, como
todos los árboles del huerto, eran para consumo general. Como todos
los seis días de trabajo, son para uso personal. El árbol era
santo. El día era santo. Y el fuego era santo, porque Dios lo había
apartado. Así que bajo la influencia del vino, dice que ellos
metieron en el santuario fuego extraño.
Le
presentaron a Dios fuego común, como si fuera santo. Y claro, Dios
dijo: "Oh, muchachos, ustedes sí son buena gente. A mi no me
importa en realidad que fuego me ofrezcan. Con tal que tengan
sinceridad de corazón yo le recibo fuego, porque fuego es fuego".
¿Así fue? ¡Oh no! Dios se ofendió. Dice allí que salió ¡fuego
de la presencia de Dios y consumió a Nadab y Abiú en el acto! ¿Por
qué? Porque tomaron fuego común y se lo presentaron a Dios ¿como
si fuera qué? Santo. ¿Cómo creen ustedes que se siente Dios cuando
nosotros tomamos un día común de trabajo, como es el domingo, el
primer día de la semana, porque Dios dijo, "seis días
trabajarás, el séptimo es santo", ¿cómo creen ustedes que
Dios se siente cuando yo tomo el primer día de la semana, que es día
de trabajo según Dios, es un día común, no es un día santo, y que
yo se lo presento a Dios como si fuera santo. ¿Es el mismo
principio? ¡Claro que sí! O es que ustedes creen que Dios ha
cambiado. Antes a Dios le importaba y ahora no. Dice, "antes a
mí me importaba mucho que me ofrecieran lo que yo he dicho, lo
santo. Pero hoy en día a mí ya no me interesa eso". ¡Oh! A
Dios sí le interesa.
Miren,
si Dios acepta un día común de trabajo como santo, cuando no ha
sido santificado, entonces Dios va a tener que pedirle perdón a
Nadad y Abiú. Porque eso es precisamente lo que hicieron ellos. Hay
otra historia en la Biblia, donde se nos dice que Beltsasar, y esto
se encuentra en Daniel el capítulo 5, el rey Beltsasar, rey de
Babilonia, quien sabía toda la historia de Babilonia, como Dios
había obrado en la vida de Nabucodonosor, su abuelo. Como
Nabucodonosor se había vuelto loco por 7 años. Dios lo volvió
vegetariano, porque le tocó salir a comer yerva, como un animal. Y
él sabía que era por la soberbia de Nabucodonosor. Y ahora dice ahí
en Daniel 5, los primeros versículos del capítulo, que Beltsasar y
los que invitó al banquete, empezaron a beber vino. Y después de
beber vino se entorpeció su mente. Y dice que Beltsasar mandó a
traer los vasos sagrados que se usaban en el templo de Jerusalén,
que Nabucodonosor había traído de Jerusalén cuando había traído
cautivo a Daniel y a sus compañeros, y dice que mandó a traer esos
vasos que eran santos, para usarlos en el banquete para echarles vino
común y corriente. Es decir, no usarlos con fines santos, sino
usarlos con fines comunes. ¿A Dios le importó? Le importó
bastante.
Porque
cuando pasó eso, dice que apareció un dedo en la pared escribiendo,
que decía "tu reino ha sido pesado en balanza y has sido
hallado falto. Tu reino va a ser entregado a los Medos y a los
Persas". Porque bajo la influencia del vino le ofreció en el
banquete, los vasos santos y los trató como si fueran comunes.
Ahora, ¿por qué traigo a nuestra
memeria
esta historia? Sencillamente porque Dios no acepta que nosotros le
ofrezcamos un día común como el Domingo como si fuera santo. Y Dios
tampoco acepta que nosotros tomemos su día santo y lo tratemos de
forma común.
Es
decir, estas dos historias ilustran los dos lados de la moneda. Tomar
el Domingo y ofrecérselo a Dios como si fuera santo. Y tomar el
Sábado y tratarlo como si fuera ¿un día qué? El día santo y
tratarlo como si fuera común. Es decir, Dios no acepta en ningún
sentido de la palabra, que nosotros tomemos lo que es santo y lo
tratemos de una forma común, y lo común, y lo tratemos como si
fuera santo.
Y
saben ustedes que en Ezequiel 44, dice claramente que la
responsabilidad de los sacerdotes era enseñarle al pueblo a
distinguir entre lo santo y lo común. Es decir, este asunto pesa
sobre los pastores, sobre los ministros, porque ellos son los
responsables de enseñar y adiestrar a su pueblo, a distinguir entre
lo santo y lo común. Lamentablemente, muchos ministros hoy en día
están diciéndole a la gente, "ah, a Dios no le importa el día,
todos los días son de Dios, y se le ofreces el Domingo en honor a la
resurrección, él acepta eso".
Y
la gente en lugar de estudiar la Biblia por sí mismos, lo que hacen
es recibir y aceptar lo que se les enseña. Es decir, están
borrachos con el vino de Babilonia. Saben ustedes que Apocalipsis, el
capítulo 18, y también el capítulo 14, dice que en los últimos
días, va a haber una ramera que se llama Babilonia, que es la falsa
religión, que le va a dar el vino de su fornicación a las
muchedumbres y a los reyes de la tierra. Ya no es vino de una
botella, sino que representa falsas enseñanzas o falsas doctrinas,
que van a entorpecer el pensamiento de la gente, y no va a permitir
que ellos distingan entre un día santo y un día común.
Mis
queridos amigos y hermanos, el libro de Apocalipsis cuando habla del
sello de Dios, está hablando del Sábado. Lo hemos visto porque el
sello se encontraba en el ¡centro de la tabla! Ahora si el sello de
Dios es un día de reposo, el genuino, el Sábado, yo pregunto
entonces ¿qué debe ser la marca de la bestia? Debe ser un día
contrario. Debe ser el cambio en la ley que hizo el cuerno pequeño.
Permítanme leerles un par de citas aquí de la misma Iglesia
Católica, sobre la marca de autoridad de su Iglesia.
Esta
cita es de C. F. Thomas, quien fue canciller por muchos años del
cardenal Jaime Gibbons, que fue cardenal en la ciudad de Baltimore.
Dijo esto: "Claro que la Iglesia Católica afirma que el cambio
fue acto suyo, y este acto constituye una marca de su poder
eclesiástico y su autoridad en asuntos religiosos". ¿El cambio
de día es una qué? Es una marca, según dice él.
En
una revista que se llama The
Catholic Record ,
septiembre 1, 1923, dice esto, el autor católico: "El Domingo
es nuestra marca de autoridad", fijense el uso de la palabra
marca, "es la marca de nuestra autoridad. La Iglesia está por
encima de la Biblia. Y este cambio de la observancia del Sábado es
una prueba de tal hecho". El libro de Apocalipsis, mis queridos
amigos y hermanos, nos demuestra que la gran crisis final, va a ser
con respecto a la adoración y los mandamientos de Dios.
Por
ejemplo, Apocalipsis 14:12, la conclusión del mensaje del tercer
ángel, dice: "Aquí está la paciencia de los santos, aquí
están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús".
E inmediatamente antes de ese versículo advierte de no adorar a la
bestia ni a su imagen. Es decir, los que adoran a la bestia y a su
imagen, son contrarios a los que guardan los mandamientos de Dios y
tienen la fe de Jesús. Apocalipsis 12:17, dice: "Entonces el
dragón se airó contra la mujer y se fue a hacer guerra contra el
remanente de la simiente de ella, contra aquellos que guardan los
mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo".
El
mensaje del primer ángel de Apocalipsis 14:6 y 7, es claro. Estos
son los últimos mensajes de Dios al mundo. Fíjense
lo que dice allí: "Vi volar por en medio del cielo a otro
ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los
moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,
diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de
su juicio ha llegado"; y ahora escuchen, "y adorad a aquel
que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas".
¿Qué nos dice Dios en el último mensaje al mundo?¿Que hay que
adorar a quién? Al Creador. Y fíjense
que esta es una cita que viene del cuarto mandamiento, de Exodo 20,
que leímos. Y la razón por la cual Dios dice esto es porque en los
últimos días la gente
no va a estar adorando al Creador en su santo día.
Usted
no puede hablar de adorar al Creador sin hablar del sábado, porque
el sábado es la señal del Creador. ¿Cómo puede usted decir, yo
estoy honrando al Creador porque guardo el Domingo. El domingo no es
la señal del Creador. El Sábado es la señal del Creador. La Biblia
dice que la gran prueba final va a ser con respecto al sello de Dios
y la marca de la Bestia, los Mandamientos de Dios y los mandamientos
de los hombres.
El
cambio de la ley por el cuerno pequeño y la ley de Dios como se haya
escrita en la santa Palabra del Señor. Ahora, alguna persona podría
decir: "Bueno Pastor, este ha sido un tema bastante fuerte,
directo". Es verdad. Yo quiero que ustedes no piensen que es que
Dios nos impone el Sábado y dice, tienes que guardar el sábado. El
punto clave es que si nosotros amamos a Dios vamos a aceptar su
autoridad y vamos a hacer lo que él dice.
Si
Dios dice el Sábado, vamos a guardar el Sábado. Si Dios dice,
ofrece este fuego santo, vamos a ofrecer este fuego santo. Si Dios
dice, devuelve el diezmo que es santo, voy a devolver el diezmo que
es santo. No porque estoy obligado, o porque le tengo miedo, o porque
me va a castigar si no lo hago, sino sencillamente porque amo a Dios
y cuando le amo estoy dispuesto de aceptar su autoridad y hacer lo
que él dice.
Es
decir, obedecer a Dios en los últimos días es cuestión de amor.
Sencillamente reconocerlo como nuestro Padre y hacer lo que él dice
aunque se desplomen los cielos. Aún cuando venga la prueba y se
imponga la marca de la bestia y no se pueda comprar ni vender y se dé
un decreto de muerte contra aquellos que tengan el sello de Dios y
rehúsen la marca de la bestia, el pueblo de Dios va a decir, "Yo
no me doblego. Prefiero no comprar ni vender. Prefiero morir. No por
el sábado, ¡sino porque el sábado es señal de que yo acepto la
autoridad del Creador de los cielos y de la tierra!" ¡Ojalá
nosotros estemos dispuestos de escuchar a Dios y de aceptar su
autoridad!